La economía salvadoreña presenta síntomas de desaceleración desde el segundo semestre de 2019 ante la ausencia de un plan económico, lo cual genera incertidumbre social.
La economía salvadoreña mantiene una trampa de ingreso medio bajo, que se avizora poco dinámica si se mantienen las causas estructurales que la perpetúan. Esta realidad puede cambiar con un enfoque de largo plazo que aborde las problemáticas vinculadas al proceso de provisión social de El Salvador, así como, un enfoque de corto plazo que genere un macroentorno favorable para el desempeño positivo de la economía salvadoreña.
Las políticas de largo plazo deben buscar resolver:
- La baja tasa de inversión respecto al PIB
- El desarrollo de capacidades exportadoras en bienes y servicios de alta complejidad y de alta demanda internacional.
- Favorecer el incremento de la productividad laboral y la innovación.
- La reducción de las desigualdades y el fortalecimiento del Estado de Bienestar.
- Exhortamos a la sociedad a realizar una discusión seria y profunda de la política cambiaria y la dolarización, pues existe evidencia de una pérdida de competitividad estructural, reflejado en las disparidades de los costos laborales unitarios y la ausencia de una política cambiaria capaz de compensar dichas disparidades.
Las políticas de corto plazo deben estar en armonía con una visión de largo plazo y preocupa de sobremanera:
- La ausencia de políticas públicas claras que favorezcan la certidumbre social, además, se percibe la ausencia de un enfoque y una visión de consenso con la sociedad para el mediano plazo.
- De mantenerse la dinámica actual, anticipamos una ralentización del comportamiento del ciclo económico, con una proyección de crecimiento cercana al 1.9% en 2020. Esto puede cambiar implementando nuevas políticas que favorezcan el proceso de provisión social del país, en favor de las familias salvadoreñas y el fortalecimiento del Estado de Bienestar.
- Preocupan los efectos adversos derivados de las expectativas contractivas de la demanda internacional, la desaceleración de los créditos a la industria manufacturera y también, la desaceleración de la inversión, así como el aparente abandono de la política de transformación y diversificación productiva que fue incluso recomendada su continuidad en el capítulo IV del FMI del 23 de mayo de 2019 (Pág. 16)
FUDECEN, desarrolla un observatorio de la coyuntura económica donde realizaremos seguimiento y propuestas en favor del desarrollo del país de cara al 2050 hacia un nuevo modelo de desarrollo inclusivo.
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